-El Cepillado del Gato - Consultora Felina
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-El Cepillado del Gato

El cepillado en el Gato

Cepillar al gato. Tarea imposible según muchas de las personas que me contactan, sobre todo en gatos de pelo largo.

¿Necesita un gato ser cepillado?

La respuesta es: No, no lo necesita, pero mejora el estado de su pelo y su piel, minimiza la cantidad de pelo que ingiere y que va a su estómago formando bolas de pelo que en el mejor de los casos acaban vomitando, y si lo hacemos bien, aumenta nuestro vínculo con el gato, al resultarle placentero.

Por lo tanto, ¿Es recomendable cepillar a un gato casero? Sin dudarlo, sí.

 

 

Tips básicos:

-El cepillado debe ser un hábito relajante y agradable para el gato. Si no lo es, debemos conseguirlo.

-Lo mejor es acostumbrar al gato desde que es un bebé. Se trata de ir pasándole el peine o el cepillo por encima, mientras está lo más tranquilo posible medio dormido. No hay que intentar cepillar a un cachorro mientras juega, ya que suelen ver el peine o cepillo como un juguete, y se dedican a querer morderlo y atraparlo con las patas.

-Para gatos adultos no acostumbrados al cepillado, el primer paso es que vean el cepillo o el peine como un elemento familiar, que está por la zona donde ellos pasan su tiempo. No debe ser un elemento extraño al que le tengan miedo.

 

El ritmo en el cepillado será algo menor que el que utilizamos cuando le tocamos para acariciarle, y la intensidad también algo menor. Iremos despacio, sin prisas, moviendo el cepillo o peine con movimientos lentos y suaves. Los gatos no suelen disfrutar de un cepillado enérgico ni brusco.

-Si se trata de un gato adulto de pelo largo, cuyo pelaje no ha sido cuidado anteriormente y tiene nudos y enredos, empezamos de cero con él, rapando el pelo de todas las zonas donde hay nudos que le producen dolor con el cepillado, y por ello se niega a dejarse cepillar. Hay que acudir a un veterinario especialista felino, con zona de peluquería felina, donde administrarán al gato un sedante, que permitirá al profesional adecuado rasurar todas las zonas llenas de nudos sin hacer ninguna herida, y que podamos posteriormente empezar con todo el protocolo del cepillado con buenas prácticas desde el principio, sin dolor.

 

-Siempre se comienza a acostumbrar al cepillado por las mismas zonas en las que al gato le gusta ser acariciado. Empezamos por la parte trasera de la nuca, el lomo del gato y los laterales. Pasaremos después a la parte delantera, bajo la barbilla y el pechito. Volvemos a la espalda y llegamos a la cola y los muslos.

Lo último que el gato nos dejará cepillar será su barriguilla y las axilas. Esta zona no es necesario cepillarla en gatos de pelo corto, si no les resulta agradable. Sin embargo en gatos de pelo largo es imprescindible, para que no se formen nudos. Asociaremos chuche felina, jamón de pavo a trocitos muy pequeños, atún en lata al natural, al cepillado de estas zonas, que previamente es probable que hayan sido asociadas a dolor.

-Al gato se le cepilla en el lugar en el que se encuentre descansando. Jamás se le coge y se le fuerza al cepillado. Esto dará lugar a que no confíe en nosotros, y se deje manipular cada vez menos.

 

-El cepillado debe realizarlo una sola persona, para que el gato no se vea acorralado, y durará el tiempo que el gato elija. Si un día es un minuto, otro día será minuto y medio. Es el gato el que pone el límite de contacto del cepillo. Si lo hacemos bien, cada día admitirá un rato más.

Asociar el tiempo de cepillado con la administración de alguna chuche felina es un buen modo de que retiren su atención del peine o cepillo, y tengan más paciencia a la hora de dejarse cepillar, ya que iremos dando pasadas de cepillado y dando una chuche de premio, e iremos aumentando la cantidad de pasadas que damos, antes de volver a dar el siguiente premio.

-Algunos gatos prefieren ser cepillados con peine, otros con cepillo, o con carda felina, puede que con guantes de cepillado… cada gato aceptará un utensilio diferente. Hay que ir probando hasta encontrar el que nos facilita poder retirar la mayoría de pelo muerto, pero que al mismo tiempo el gato admite con agrado.

 

 

Realizar un cepillado adecuado aumenta el vínculo que tenemos con nuestros gatos, al proporcionarles sensaciones agradables que se acompañan de nuestros mimos al mismo tiempo, e incluso de la administración de alguna chuche felina.

Si te resulta un imposible cepillar a tu gato y se trata de un gato de pelo largo al que se le forman nudos que le producen dolor, puedes contactar conmigo y trabajaremos de manera individualizada las pautas a llevar a cabo para que el gato admita el cepillado y aumente su calidad de vida.

 

Pura
consultorafelina@hotmail.com
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