-Presentaciones para Gatos que han sido únicos - Consultora Felina
1539
post-template-default,single,single-post,postid-1539,single-format-standard,bridge-core-2.3.1,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-21.7.1,qode-theme-bridge,disabled_footer_bottom,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-6.2.0,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-351

-Presentaciones para Gatos que han sido únicos

PAUTAS DE PRESENTACIÓN PARA GATOS ÚNICOS, QUE NO HAN APRENDIDO A SER GATOS.

Los gatos que se han criado sin otros gatos, no han aprendido a ser gatos, y por ello la convivencia con otro gato es la que le enseñará a tener autocontrol, tanto en la mordida como en el compartir espacios, y en la convivencia y actividad.

Cuando se crían con otros gatos lo aprenden de modo natural. Si siempre han estado solos porque los tenemos desde bebés como gatos únicos, no es así.

Habitualmente somos las personas quienes no terminamos de hacer las cosas bien. No tenemos en cuenta ni respetamos la etología felina, porque tampoco somos expertos en ella, y no hemos dedicado tiempo a buscar información, antes de introducir un gato en nuestras vidas.

Si las presentaciones entre gatos requieren paciencia y buen hacer, las que se llevan a cabo con gatos que no saben ser gatos, necesitan un plus de ambas cosas. Cuando finalizan con éxito, es un aumento en la calidad de vida del felino que ya teníamos en casa. Y es una bonita experiencia ver cómo aprende de su nuevo compañero, el lenguaje y las conductas propias de su especie.

Como todo aprendizaje, las presentaciones entre gatos tienen unas fases que no se pueden saltar, y que deben realizarse durante el tiempo necesario, y de la manera adecuada.

El tiempo de duración de las presentaciones siempre lo marcará el gato que ya habitaba la casa, y la manera dependerá mucho de la estructura de la vivienda, y del tiempo del que se disponga para dedicarlo a presentarles.

 

 

Las pautas de presentación tienen tres fases:

1- Saber que existe otro gato en la casa, y entender que las rutinas van a cambiar de algún modo, así como perder el miedo inicial al gato que llega. En esta fase el gato que entra debe estar separado totalmente del de casa, y se ven por la ranura de la puerta donde está confinado, a través de puertas mosquiteras o celosías, o metido el nuevo en un transportin, durante tiempos planificados.

 

2- Reparto del territorio, los ajuares, comida y personas. El gato que entra empieza a interactuar por toda la casa, con las cosas, juguetes, cunas, alimentación y compañía de la persona.

En esta fase el gato que habitaba la casa no debe perder ninguno de los privilegios que tenía antes. Debemos estar muy atentos a continuar las rutinas anteriores, e incluso hacer más las que más le gustaban.

El gato no tiene celos, sino que no le gusta perder privilegios.

Debes pensar qué hacías antes de la llegada del nuevo gato, con el gato que ya tenías, y volver a realizarlo todo, aunque haya un gato nuevo en casa.

El gato que entra, se adapta a las rutinas que hagas con él, va detrás del que ya hay, por lo que el que va primero en los privilegios es el antiguo residente, y después el nuevo. Si cambias el orden, hay desequilibrio. Por muy requetemonísimo que sea el nuevo, encantador y mimoso, tu primer gato debe recibir toda la atención, y se deben mantener las rutinas que a él le hayan gustado siempre.

 

3- Comienzo del juego directo y contacto cuerpo a cuerpo entre ellos, una vez perdido el miedo, por distintas zonas de la casa. En esta fase, deben entender cuáles son los límites del otro gato, y autocontrolarse. Y debe haber bufidos y capones, y mordidas controladas, pero el gato de la casa debe parar y soltar cuando esto ocurre, si es el gato que entra el que se queja.

Esto es lo que suele ocurrir cuando el gato que ya estaba en casa es un gato que no ha aprendido a ser gato. Si nuestro gato no entiende el lenguaje felino, se le debe hacer entender poco a poco. Lo conseguiremos entre nosotros y el nuevo gato.

Nuestro gato no sabe autocontrolarse, y de repente el gato nuevo ha pasado de ser un intruso al que hay que vigilar y temer, a ser un juguete nuevo sin pilas al que hay que seguir a todos lados, con el que jugar todo el tiempo, si tu gato es activo.

Y si tu gato no es un gato juguetón, sino que básicamente es tranquilón, el gato que entra deberá ser no invasivo, y el tuyo le aceptará, y pasarán más lento a los juegos y carreras de ida y vuelta, sin apenas contacto físico.

Esta tercera fase suele ser la más complicada, y más si uno de los gatos no entiende el lenguaje felino al no haber convivido con otros gatos. Fomentaremos el buen hacer y la paciencia.

Lo más frecuente es que el gato de la casa tenga muchas ganas de jugar con ese nuevo inquilino que se mueve rápido y corre y salta como él, por tanto tiene toda la carga de juego y energía sin descargar cuando tú llegas.

Lo primero de todo es darle mucho juego durante un buen rato cuando llegas a casa.

Tienes que cansarle hasta que él mismo pare, varias veces. Cuando ya le hayas cansado varias veces y haya gastado parte de su energía, y esté jugando a algo que le mantenga entretenido pero no demasiado activado, es cuando dejas que salga el gato nuevo.

De este modo no será en ese momento una presa para tu gato, que ya ha estado jugando, cazando, y estaba en ese momento entretenido con algún juego calmado, quizás sacando algunas chuches de dentro de un juguete interactivo, que hayas comprado, o construido tú mismo.

Antes de abrirle al gato nuevo, haces lo mismo con él en su habitación con la puerta cerrada, le das mimos, juegas un rato, y cuando ya veas que está más tranquilo es cuando le abres.

Con los dos ya con la energía más baja, la interacción es más suave y respetuosa.

Cuando veas a uno de los dos que no para cuando el otro gato le bufa, y no suelta sino que vuelve a tirarse encima, tienes que desviar la atención de los gatos a la caña con ratón o cualquier juguete que les guste. Deben dejar de atender de modo obsesivo al otro gato, y darse cuenta que hay muchos más juguetes, y no sólo el nuevo felino.

Esta fase es la más difícil de sobrellevar para la persona, porque requiere estar bastante pendiente de que la situación sea equilibrada para los dos, pero es imprescindible hacerlo. Cuando un día no se tiene tiempo de hacerlo bien, lo mejor es que no haya interacción y que cada uno se mantenga separado del otro en habitaciones diferentes.

 

 

Todo este proceso es el que se lleva a cabo en las casas de acogida provisionales para gatos abandonados, de modo constante cada vez que entran gatos nuevos. La mecánica está clara, los pasos también, y a menudo no funciona por ser demasiado sobreprotectores, o permisivos, o no dedicar el tiempo necesario. Con dedicación, y los gatos adecuados, todo evoluciona de modo satisfactorio.

Como cualquier otra relación, ninguna sale adelante bien si no se dedica tiempo de calidad. No es mucha cantidad de tiempo, sino que el tiempo que se pueda dedicar sea realmente efectivo.

Si todo sale adelante bien, los gatos se respetan, duermen cerca, juegan sin reñir ni gritar, y la convivencia es feliz, y tu primer gato, por fin APRENDE a SER GATO y disfrutarlo.

Si ya has intentado llevar adelante el proceso, y las cosas no funcionan, o todavía no lo has iniciado pero quieres que te guíe, con pautas específicas para tus gatos, contáctame y te ayudaré en todo, para que las cosas puedan salir bien, paso a paso.

 

Pura
consultorafelina@hotmail.com
No hay comentarios

Publicar un comentario