08 Sep -Acogidas o Adopciones para Personas Ancianas
Acogidas Temporales o Adopciones Responsables para personas de edad avanzada (desde los 70 años de edad)
En ocasiones son personas de edad avanzada quienes contactan con protectoras para adoptar un gato.
A veces el gato senior que han estado cuidando durante muchos años, acaba de fallecer, y quieren tener otro gato.
Otras veces son personas que nunca han tenido gato, pero que por diversas circunstancias viven solas, y siendo conscientes de la imposibilidad de poder cuidar de modo adecuado un perro, se decantan por tener la compañía de un felino en casa.
En estos casos hay que valorar con sumo cuidado varios temas, de gran importancia cada uno.
¿Es una buena idea que una persona anciana cuide de un gato?
Por supuesto que sí.
Los beneficios que aporta son muchos tanto para la persona como para el gato, si se elige el gato adecuado, y en las circunstancias óptimas.
El cuidado del gato proporciona a la persona anciana hábitos diarios con un horario planificado, lo que ayuda a organizarse el día a día. También da la oportunidad de sentirse útil y necesitada. Y sin duda ninguna, ofrece cariño y ronroneos sin fin, y amor del bueno.
Para el gato es SU oportunidad de tener compañía constante y buenos cuidados.
En el caso de que la persona que contacta tenga su domicilio en la localidad donde se ubique la protectora, o muy cerca, siempre debe planteársele la posibilidad de que realice ACOGIDAS TEMPORALES DE GATOS ADULTOS SOCIABLES.
GATOS APTOS PARA PERSONAS ANCIANAS:
Un gato apto para una persona de edad avanzada, nunca debe ser un gato menor de 3 años. Su nivel de energía y descontrol en el juego sería demasiado alto.
El gato apto es un gato de mediana edad, de energía baja, muy buen compañero y bonachón, tranquilo. Un gato juguetón solo a ratos, y que sea cariñoso. Pero que no sea un gato de los que se cruzan entre las piernas mientras se va andando, ya que ello podría dar lugar a un accidente doméstico haciendo que caiga la persona mayor.
Esta opción de acogida temporal, da la oportunidad a la persona de poder disfrutar de la compañía de un gato.
También al gato le da la oportunidad de salir del refugio, la jaula o incluso la calle tras el abandono.
Y cuando la persona de edad avanzada que acoge, por cualquier razón, no pueda seguir haciéndose cargo del gato, la protectora buscará otro hogar temporal donde pueda continuar siendo cuidado.
Es decir, la responsabilidad de la persona de edad avanzada hacia el gato acogido, es cuidarle y darle cariño. El resto recae sobre la protectora.
Si el gato sale adoptado, entrará otro gato de similares características al hogar.
La opción de ADOPCIÓN PERMANENTE ha de contemplarse únicamente cuando la persona anciana tenga un familiar que pueda ser responsable del gato.
Este familiar será quien firmará el contrato de adopción como propietario del gato, y por tanto el chip se colocará a su nombre. Y será la persona que se hará cargo del gato, cuando el anciano no pueda seguir haciéndolo de modo adecuado.
A partir de los 70 años de edad, múltiples factores de todo tipo pueden hacer que alguien con un estado de salud, económico y social bueno, pase a ser una persona dependiente.
Y por ello, su gato adoptado pierda su hogar y a su cuidador.
En el mejor de los casos el gato será “regalado” a quien se ofrezca, pase lo que pase después con el gato porque nadie lo comprobará.
En el peor de los casos será abandonado en la calle, o eutanasiado.
Tenemos que ser capaces de hacer entender a la persona de edad avanzada que, aunque le apetezca mucho tener un bebé gatito, los perjuicios son muchos más que los beneficios. Debemos poder transmitir bien cuál es el concepto de Casa de Acogida.
Siendo casa de acogida se piensa en el gato, queriendo proporcionarle lo que necesite para ayudarle, acogiendo a quien lo necesite. Disfrutamos de la compañía del gato y le damos todo el amor que podemos, y que alguien le arrebató.
Si en lo que se piensa es en uno mismo y en las propias necesidades, y en “que pena me da cuando el gato se vaya a otro hogar”, difícilmente podremos llevar a cabo esa acogida, difícilmente el gato tendrá el hogar transitorio que necesita, y difícilmente la persona anciana podrá disfrutar de la compañía de un gato.
Intentemos transmitir las ventajas de acoger.
Y en caso de una adopción definitiva, hay que transmitir la necesidad de que haya otra persona adulta pero no anciana, que pueda firmar el contrato para hacerse cargo del gato o gata, cuando la persona mayor ya no pueda hacerlo.
Fomentemos la tenencia responsable.
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