Ponerle microchip al gato salva su vida.

Nos quedan aún algunos años desgraciadamente para que la población en general sea consciente de la importancia de la colocación del microchip en los gatos. El cuidado y la responsabilidad hacia la tenencia de un gato, va muchos años por detrás de la tenencia responsable de perros.

Incluso la mayoría de veterinarios tiene una visión equivocada acerca de la necesidad de colocar un Microchip a un gato.

¿Chip al gato? ¿Para qué, si nunca sale de casa? No se lo pongas, que no hace falta….

Pero sí, hace falta, y mucha. Te lo explico con tres razones vitales más abajo.

Está más que demostrado que se ha convertido en la herramienta más eficaz para salvarle la vida a tu gato si, por accidente de coche, pérdida desde una terraza, caída desde balcón o ventana, robo si tiene acceso a exterior, descuido con la puerta de la calle, apertura accidental del transportin, acaba en la calle sin poder volver a su hogar.

El microchip se coloca una sola vez en la vida, y permanece en su cuerpo para siempre. La información relativa al gato queda registrada en la base de datos del Censo que tiene cada Comunidad Autónoma (RIVIA – Registro Informático Valenciano de Identificación Animal www.rivia.org), en el que se almacena la información relativa a cada chip (el nombre del dueño, su dirección, y sobre todo varios teléfonos de contacto).

Los datos proporcionados deben ser exactos, ya que serán los utilizados en caso de pérdida del gato. Cualquier cambio de domicilio, propietario, teléfono… debe ser comunicado a nuestro veterinario, que nos facilitará los documentos que debemos rellenar online para que el RIVIA cambie esos datos y nuestro gato pueda volver a nuestro hogar.

A efectos legales, el propietario del gato es el que figura en esta base de datos y, por lo tanto, es también el responsable de cualquier daño que pueda causar el gato, así como de lo que le pueda ocurrir al felino si se le encuentra abandonado, al no haber denunciado su desaparición y búsqueda, tanto en el propio RIVIA como a la policía local.

Del mismo modo, cuando el gato fallezca, tenemos que comunicarlo mediante un documento firmado por nuestro veterinario.

2. Si tu gato es un gato sin peculiaridades especiales en su pelaje o aspecto que le diferencien del resto (gatos negros, gatos pardos, gatos naranjas, siameses…), no podrás identificarle entre los gatos iguales de una colonia de gatos. Muchos de los gatos caseros que acaban en la calle, la mayoría, no reconocen a sus personas cuando se encuentran en un entorno hostil. Por tanto no acudirán hacia ti aunque te vean cerca.

El microchip proporciona la posibilidad de comprobar si ese gato que la persona que alimenta la colonia sabe que es nuevo, es tu gato porque lleva tus datos en el microchip. De otro modo, no podrá saber cuál era la familia de ese nuevo gato que ha aparecido en su colonia, y que tiene un comportamiento distinto al resto de gatos, al que los demás no dejan comer, y que los demás quieren echar del lugar.

3. La última y vital razón, es que si a tu gato lo recoge una perrera, y no una protectora (sí, en España se sigue sacrificando diariamente a miles de perros y gatos en perreras), en el caso de que lleve el chip, la perrera te avisará para que pases a recogerlo, ya que va a cobrar por ello, pero en el caso de que no lleve chip, no tiene propietario y por tanto será eutanasiado en menos de 15 días.

¿Todavía quieres tentar a la suerte o al azar, y que peligre la vida de tu gato o incluso la pierda, por no haberle colocado un microchip?

No te la juegues, porque conservar la vida no es un juego. Si le quieres, le proteges.