26 May -Cómo ayudar al gato con las Bolas de Pelo
Cómo ayudar al gato con las Bolas de Pelo.
El gato es un animal muy limpio, que necesita lamer su cuerpo a menudo, y quitarse todo lo que él considera que no lleva su olor, y obviamente sus feromonas.
Si unimos esta necesidad de limpiarse frecuentemente con su lengua, y la llegada de la temporada de calor, con la muda completa de su pelaje, ya tenemos una ingesta desproporcionada de pelo, que da lugar a lo que se llama TRICOBEZOAR, o lo que es lo mismo, acumulaciones de pelo que forman una masa sólida, cilíndrica y larga, que se acumula en el intestino, y que el gato debe poder expulsar, o bien con las heces, o por la boca vomitándolas.
En el caso de no poder ser expulsadas, se trata de una urgencia veterinaria, ya que se forma un tapón en el intestino que no permite el paso de comida, y hay que realizar una intervención quirúrgica para resolver la obstrucción intestinal.
¿Cómo ayudamos a nuestro gato a que no tenga que llegar a semejante estado, en el que peligra su vida?
Desde cachorro debemos acostumbrarlo al cepillado suave y agradable. El gato debe asociar que se le cepilla, con un momento del día en el que se le proporciona cuidado y mimo. Ronroneará y será un buen hábito que utilizaremos de adulto para evitar las bolas de pelo.
Los cachorros no realizan muda completa del pelaje, por lo que hasta que el gato no tiene un año de vida aproximadamente, las posibilidades de que se formen tricobezoares son mínimas.
Pero debemos ir sentando las bases de lo que después utilizaremos en su vida adulta para conseguir ayudarle.
Además del cepillado suave desde que es un cachorro, también debemos empezar a acostumbrarle a que tome Malta de gatos. Desde que tienen tres meses de edad se les puede dar un poquito de malta con el dedo, que ellos toman como si fuese una chuche. De este modo se convierte también en un hábito agradable, que posteriormente será imprescindible para el control de las bolas de pelo.
Cuando el gato tiene la edad en la que comienza las mudas de pelo, en la zona mediterránea entre el mes de Marzo y el de Octubre, hay que aumentar la frecuencia del cepillado semanal. En esta época será de unas dos veces por semana mínimo. También se debe aumentar la frecuencia de administración de malta de gatos. Una porción de malta en nuestro dedo cada día le ayudará a que el pelo no se acumule en su estómago.
¿Pero qué ocurre si llega a nuestra vida un gato ya adulto, al que no hemos podido acostumbrar desde bebé al cepillado y al consumo de malta?
El cepillado hace que el gato también confíe en nosotros, pero muchas veces tienen miedo de los cepillos, o sólo se dejan cepillar durante pocos segundos. Poco a poco iremos acostumbrándolos a más ratitos de cepillado, siempre en positivo. Nunca forzaremos a cepillar porque no se dejará más veces. Asociar el cepillado suave a cuando está dormido, o pide mimos, irá bien.
La opción de las manoplas suaves de cepillado, en las que introducimos nuestra mano y se le cepilla, pero el gato lo que nota es el mismo contacto que si lo estamos acariciando, suele ser buena opción con los gatos que nunca han sido cepillados.
Si se le cepilla con una mano, mientras con la otra se les da alguna chuche, suelen asociar el cepillado a algo positivo y se acaba consiguiendo un buen hábito.
En cuanto a la malta de gatos, a algunos adultos a los que nunca se les ha dado sí les gusta la malta, pero a otros no. A veces no les gusta, y a veces el problema es que no se fían de que les demos malta como chuche en nuestro dedo.
En esos casos, podemos colocar la malta en su cuenco de pienso, y se la comen.
También podemos colocar malta junto a comida húmeda o mezclarla con ella. A veces así se la comen, aunque a menudo habrá que cambiar la marca de la comida húmeda y empezar de cero con otra que no hayan probado, y de este modo no rechazan la malta en la comida húmeda anterior, a cuyo sabor estaban habituados.
La opción que nos queda si con comida no se toma la malta, en el caso de un gato que se acerca y se deja tocar, o se tumba a dormir cerca de nosotros, es ponerle esa porción de malta extendida en su pata o en el lateral de su cuerpo. Como se trata de un elemento extraño en su piel, el gato lamerá esa zona para quitarse el producto, y de ese modo la ingiere.
En los casos en los que estas opciones no son posibles, podemos comprar algunas chuches de gatos en forma de bocaditos o croquetas, que llevan malta dentro. Estos no son tan eficaces como la malta en tubo, pero algo hacen.
Nos queda una última opción para que expulsen las bolas de pelo, aunque es una opción que provoca habitualmente el vómito del gato. Con esta opción el gato hace lo que hace en la naturaleza (obviamente ahí no tiene disponible malta que arrastre el pelo por el intestino y no le haga vomitar), y es la hierba para gatos.
Se vende en recipientes en los que hay que poner agua, la hierba germina, y el gato puede morderla y tragarla para arrastrar el pelo en las heces. Pero esta hierba casi siempre acaba vomitándose en la casa, al no ser digerida por el gato.
Si no hay más opciones y nuestro gato genera mucha bola de pelo, la hierba para gatos sería la opción válida.
Cepillado, e ingesta de malta o hierba para gatos, será lo que les ayude a evitar que las bolas de pelo se conviertan en un serio problema veterinario.
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