18 Jun Adaptación de 2 gatas con mi gata
Con paciencia y pautas en positivo, Pura nos ayudó
«Soy Pilar, y hace 8 años mi marido y yo rescatamos una gatita cachorra de la calle en mal estado. Se recuperó, la esterilizamos y llenó nuestra casa.
A los dos años de estar con nosotros pensamos en la posibilidad de adoptar otro gato/a como compañero/ a de Tosca, (que así se llama) y contactamos con la Asociación de Adopciones Felinas, y con Pura. Nos preguntó sobre el carácter y edad de nuestra gata, y nos aconsejó qué gato sería más compatible con ella.
Así llegó la segunda gata a casa, Gilda, una panterita que en el momento de su adopción tenía 3 meses.
Pero NO es fácil “juntar” gatos, y si no se hace bien puede significar el caos en tu hogar. En este caso Pura nos llevó el proceso de las presentaciones entre ambas. Hubo momentos en los que parecía no haber avances entre ellas, y otros días sí, pero Pura estuvo todo ese tiempo para tranquilizarnos, y valorar y explicarnos lo que iba ocurriendo.
El seguimiento se hizo con mensajes, vídeos, fotos, e instrucciones que nos iba dando según evolucionaba el asunto. Con paciencia y siguiendo las indicaciones que nos iba dando Pura, todo finalizó con éxito.
Al año siguiente nos enamoramos de otra gata de la misma Asociación, una siamesa preciosa, y decidimos adoptarla.
La nueva gata, Moka, era una gata adulta, que Pura nos confirmó que iba a ser muy compatible con las que ya teníamos, pero una vez más había que “juntarlas”, y una vez más Pura nos llevó el proceso de las presentaciones que, igualmente culminó con éxito.
Al poco decidimos colaborar siendo casa de acogida de los gatos de la Asociación que estaban en adopción.
Cada gato/a que llegaba era un mundo (no hay dos gatos iguales ni siquiera de cachorros, igual que las personas), y al venir de situaciones traumáticas, rescates y/o en mal estado, no solo físico, era muy importante que confiaran en nosotros para poder ayudarles.
En este caso también Pura nos orientó con pautas para afrontar el trato a cada gato acogido: cómo acercarse a él hasta que confiase, cómo respetar su espacio, colocar los rascadores o camitas según el gato se sentía más cómodo, y lo más importante: ayudar a detectar problemas de conducta del gato (morder, arañar, miedo, rascar donde no toca, orinar fuera del arenero,….) que harían muy difícil su posterior adopción por una familia.
Con paciencia y pautas en positivo, Pura nos ayudó a que la recuperación de los gatos que llegaban rescatados fuera plena, y estuvieran listos para entrar con pleno derecho en un hogar definitivo.
Aconsejo no desesperarse si tu gato “hace cosas raras” o no lo entiendes: hay personas como Pura que pueden ayudar a explicar el por qué de esa conducta, y a reconducirla en positivo.
Eso sí: ¡Si de verdad quieres a tu gato y paz en el hogar, tienes que hacer caso a sus instrucciones!»
Pilar de Tosca, Gilda y Moka
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