16 Jun -Gatos que no aceptan visitas
Gatos que no aceptan a las visitas
A veces los gatos no aceptan a las personas que no conocen, no aceptan a las visitas en casa. Si su respuesta a las visitas es esconderse, la persona no lo vive como un problema. Si su respuesta es atacar a quienes no conoce, se convierte en un verdadero problema. Lo que tenemos que entender es que sobre todo es un problema para el propio gato, aunque nosotros lo estemos viviendo como un problema para nuestra vida social. Hay que entender al gato, y ayudarle.
Este es un tema por el que desgraciadamente muchos gatos son eutanasiados, o abandonados. Con el abandono al final el resultado es el mismo, la muerte, pero con más sufrimiento, ya que un gato casero no es capaz de sobrevivir en las calles. La media de supervivencia de gatos abandonados en calle es de sólo 3 meses. Por tanto es un tema serio, que hay que empezar a trabajar lo antes posible.
Los gatos no son animales agresivos ni hostiles. Un gato sólo ataca por miedo. Y tiene que sentir un miedo descontrolado para tener que atacar a quienes no pertenecen a su entorno habitual. Son extraños, intrusos y peligrosos para él, según su interpretación.
Ese mismo miedo es el que tiene otro tipo de gato, que es el que cuando entran visitas se va corriendo y se esconde. Para el gato la situación estresante y de miedo intenso es la misma, pero al no tener la actitud de ataque, no se suele buscar ayuda profesional para solucionarlo.
Hay un patrón muy típico en los gatos y gatas que atacan visitas. Un porcentaje altísimo con un pasado igual, que voy a explicar.
Habitualmente se trata de gatos que han sido criados como gatos únicos desde bebés, que se han criado a biberón o han sido encontrados o adoptados cuando todavía no tenían los 3 meses, y por tanto, al no convivir con seres de su misma especie con quienes tener un aprendizaje correcto, NO HAN APRENDIDO a SER GATOS.
¿Qué significa esta frase? Que un gato aprende a ser gato relacionándose con otros gatos. Aprenden autocontrol, equilibrio, compartir espacios, juguetes, personas y comida. Aprenden a ser menos territoriales y a disfrutar de la compañía de más seres vivos. Aprenden lo que es caza, lo que es juego, y cuándo deben utilizar su cuerpo para cada situación.
Todo este aprendizaje no se lo podemos dar las personas. Se necesitan entre ellos para aprenderlo. Y el periodo crucial para este aprendizaje es desde el mes a los tres meses de edad.
En este periodo, es cuando más se cometen errores en el trato con el gatito. Se utilizan las manos para jugar, para forzarles a estar con nosotros, para que hagan o no hagan cosas que nos molestan, y nos quejamos y creemos que son animales agresivos (y crecerán teniendo ya esa etiqueta para siempre) porque nos quieren cazar las piernas, brazos y manos cuando van creciendo.
Tremendo error el juego con las manos con los gatitos. Jamás deben asociar manos con juego depredador. Las manos son para mimar, acariciar, tocar con respeto, curar si necesitan cuidados. Nunca para jugar a que las muerdan. Esto provoca problemas futuros.
Cuantas más personas conozca en ese periodo, más contacto tenga con distintos sonidos, voces, entornos, que sean respetuosos con él, si además convive con otros cachorros, más equilibrado y feliz, menos miedoso será ese gato cuando sea adulto.
Los gatos, como especie, suelen ser animales muy equilibrados, que controlan la mordida, los impulsos, y que ante una situación estresante o de pánico, siempre eligen escapar, salir corriendo, evitar lo que les asusta. Esta reacción es factible mayoritariamente si están en libertad, en la naturaleza, pero no lo es dentro de un piso o casa de la que no pueden escapar, cuando llega el estímulo que provoca ese pánico.
De este modo, algunos gatos eligen esconderse por miedo, y otros eligen enfrentarse a lo que les provoca ese pánico.
Por tanto, lo que nos está contando el gato que ataca, es que tiene mucho miedo, que necesita de modo urgente ayuda, que lo está pasando muy mal, y que sobre todo y por encima de todo hay que tratarle con mucho respeto.
Todo el que no se tuvo con él cuando se le crió sin otro cachorro al lado, cuando se le separó demasiado pronto de sus hermanos y madre, o cuando se le estuvo acostumbrando a jugar con el cuerpo de las personas mientras era un bebé.
Siempre estamos a tiempo de reconducir un comportamiento negativo. Con más razón todavía cuando por desconocimiento lo hemos provocado nosotros mismos, al no proporcionar al gato o gata lo que necesitaba en sus primeros tres meses de vida.
Pongámonos a trabajar, busquemos un especialista felino que mire por el gato, que no le paute medicación ansiolítica hasta las cejas, que no nos aconseje la eutanasia. Que no elija el camino más fácil para la persona, y el más difícil para el gato.
Ya se lo hemos puesto difícil de bebé. Vamos a intentar entenderle y ayudarle cuando ya es un adulto.
Si convives con un gato que lo está pasando así de mal, Contacta conmigo y le ayudaremos. Pautas en positivo. Respeto. Paciencia y buen hacer.
El gato no habla pero nos lo cuenta todo. Tenemos que ayudarle.
Quiti Toboso Martínez
Publicado a las 11:36h, 03 diciembreBuenos días. He adoptado un bosque de Noruega, el 22 de Octubre pasado. Hace, según su antigua «mamá», ahora en diciembre, tres años, pero no me dió cartilla.
Al principio, cómo es normal, estaba un poco retraído, asustado, pero en pocos días, iba viniendo a mi, vivo sola, me daba con su cabeza para que lo acariciase y se dejaba un poquito, pero de una, me bufaba y se iba corriendo. So se sentaba a mí lado en el sofá, ni venía por la noche a la cama. Hoy día, ya me deja acariciar, se pone patas arriba para que le acaricie toda la tripa… Se tumba a mi lado, duerme a mi lado al principio y después en los pies de la cama… Todo perfecto, peeeero… Cuando vienen mis hijos, o cualquier otra persona, sale a ver quién ha venido, observa y al ratito se acercan, le ponen la mano con los dedos para abajo y les da con la cabeza, incluso se deja acariciar un poco y se frota por sus piernas, pero cuando vuelven a acaricjar….les bufa y gruñe, incluso da zarpadas.
Hace unos 25 días que vino mi hijo.. le acaricio, pero al momento, le bufó. Lo cogí yo en brazos, que ya me dejaba y cuando mi hijo volvió a intentar acariciar, dió un gruñido espantoso, me mordió a mí,atravesando la camiseta… Y saltó al suelo..mi hijo se fué, pero cada vez que me acercaba, me bufaba, así dos días…se le pasó y ya normal conmigo, pero no quiere a los de fuera… Sólo les deja acariciar segundos y ya. Bufa y se va corriendo.
La chica que lo crío, dijo que se lo dieron de la protectora y no estaba destetado…ella trabajaba todo el día, y cuando llegaba apenas jugaba con el. Osea, tampoco sabe jugar, ya le he comprado varias cosas y está unos minutos y ya pasa, acariciándole por cara, cuelo… a veces tira a morder, no me quito pero no muerde, lo controla, casi siempre. Le digo..NO, con voz grave y para… Pero más o menos, me deja jugar algo interactuando.
Que puedo hacer para que deje de bufar, gruñir…morder y arañar… Y otra cosa, mayormente, está en la parte de la casa, donde yo no estoy… Sólo a la hora de la siesta y noche… Ahí, si.
Me puede ayudar??.
Gracias si ha llegado hasta el final, reconozco que me he enrollado mucho , pero no he sabido resumirlo más. Disculpas. Un saludo.
Pura
Publicado a las 16:16h, 06 diciembreHola, para poder responderte, necesito información más exhaustiva, y valorar bien el tema. Lo mejor sería que me envíes un correo a consultorafelina@hotmail.com y te explico cómo trabajo, y decides si comenzamos proceso para poder ayudar a tu gato y su convivencia con vosotros. Saludos.